Honrado de haber nacido en tu suelo y ser alimentado por él.
Ondas suaves de tus mares, ríos, quebradas, y lago arrullan con
tus murmullos mis oídos como música celestial.
Nunca dejaré de amarte y usar mi influencia para hacerte la
Patria grande y fuerte que soñamos.
Di-s es tan bondadoso contigo que te hace fértil, bella, exuberante,
exótica y sin igual.
Usaré siempre tus recursos con tacto y enseñaré a tus
actuales y futuros hijos a cuidarlos para que siempre sea el lugar más bello
del mundo.
Risas, lágrimas, sueños, anhelos, trabajo, bondad y amor de
tu pueblo escuchas tú.
Amarte, defenderte, honrarte y exaltarte es nuestro deber y
tarea sin cesar.
Solo tu verás un día lo que todos tus buenos hijos soñamos
que serías: grande, fuerte, tolerante y un lugar que será refugio para el
cansado, hambriento y perseguido.
Esas ocho letras de oro las llevo grabada en mi alma y cada
nervio de mí ser. Gracias por haberme visto nacer y sin duda me verás morir y
como una buena madre, en tu seno me acogerás.
Christian Gutiérrez. 17-7-15.
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