lunes, 1 de enero de 2018

Año nuevo y una vela roja



Doce de la 🌃 noche 31 de diciembre.
Los fuegos artificiales 🎉 vuelan y estallan con gran algarabía.
La gente ríe, se abraza y  festeja.
Alegremente la gente come con la esperanza de algo mejor que está por venir.
En un hogar donde a pesar de la alegría y algarabía, todos 😢 lloran porque hay un una silla y un plato 🍛 vacío que en la mesa ⛩ está. La persona que alegraba esa casa 🏡 ya no está. Los ojos verdes bellos y profundos ya no están. La que siempre reía y era el centro de todo no está. Tú perdida se siente.
Aquí a más de mil kilómetros, viendo una vela 🕯 roja encendida en tu honor y sintiendo tu perdida, pero también sintiendo alegría porque te conocí, te amé y te seguiré amando cada día de mi vida.
En 2017 he tenido la pérdida más grande pero también por contraste la más grande ganancia que cualquier hombre pudiese desear. Dos líneas  de vidas que se cruzaron gracias a ti y que para siempre unidas estarán por el vínculo perfecto 👌 que se llama amor.
Observo la vela 🕯 encendida y me consuelo sabiendo que siempre conmigo y con  aquella familia 👪 que llora en medio de la algarabía allá a lo lejos, tu con nosotros estarás.
Te amamos ojos y manos divinas.

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