Yo tuve una experiencia similar en el colegio. Pertenecía al equipo de II de Comercio, donde a duras penas formamos un cuadro de 7 jugadores.
Nos tocaba jugar el último partido de la primera ronda con el cuadro 'galáctico' de II de Bachillerato. Ese día nos jugabamos todas nuestras cartas, nuestras aspiraciones por pasar a la siguiente ronda. Ese día jugamos de pizarrón, al estilo de la squadra azzurra... prácticamos el Catenaccio. Yo era el único hombre en punta, pero jugaba muy retrasado casi en el mediocampo. El objetivo era contragolpear y anotar el gol, para después meter el bus. Por poco lo logramos, tuve la ocasión más clara del partido pero desperdicie la ocasión tras superar el defensa por velocidad y fuerza, rematé ligeramente desviado del vértice derecho de la portería.
El partido terminó 0-0, pero había que definir un ganador. Nos fuimos a la lotería de los penales, tras unos primeros penales muy igualados nuestro portero tapó un penal dandonos la oportunidad de tomar ventaja y sellar el pase a la segunda ronda. Era mi oportunidad de patear el penal. Recuerdo que las piernas me pesaban, el sol estaba más cerca de nosotros y que el arco se iba reduciendo. Pensé patear duro... como lo hace la 'Muma'. Cuando inicie la corrida solo observé el balón, lo patea con todas mis fuerzas y ... miré que la pelota salió muy alejada del arco. II Bachillerato volvió a vivir... ahora era el turno de ellos. Si anotaban, nos eliminaban y pasarían a la siguiente instancia. Todavía tocado por haber fallado el penal decisivo, decidí dar la espalda y no ver el penal de los contrarios. Cuando miré a las chicas de II Bachillerato correr hacia la meta, me dí cuenta que habían ganado....
Por varias semanas mis compañeros dijeron que la pelota seguía en órbita, después del penal que patee...
Nos tocaba jugar el último partido de la primera ronda con el cuadro 'galáctico' de II de Bachillerato. Ese día nos jugabamos todas nuestras cartas, nuestras aspiraciones por pasar a la siguiente ronda. Ese día jugamos de pizarrón, al estilo de la squadra azzurra... prácticamos el Catenaccio. Yo era el único hombre en punta, pero jugaba muy retrasado casi en el mediocampo. El objetivo era contragolpear y anotar el gol, para después meter el bus. Por poco lo logramos, tuve la ocasión más clara del partido pero desperdicie la ocasión tras superar el defensa por velocidad y fuerza, rematé ligeramente desviado del vértice derecho de la portería.
El partido terminó 0-0, pero había que definir un ganador. Nos fuimos a la lotería de los penales, tras unos primeros penales muy igualados nuestro portero tapó un penal dandonos la oportunidad de tomar ventaja y sellar el pase a la segunda ronda. Era mi oportunidad de patear el penal. Recuerdo que las piernas me pesaban, el sol estaba más cerca de nosotros y que el arco se iba reduciendo. Pensé patear duro... como lo hace la 'Muma'. Cuando inicie la corrida solo observé el balón, lo patea con todas mis fuerzas y ... miré que la pelota salió muy alejada del arco. II Bachillerato volvió a vivir... ahora era el turno de ellos. Si anotaban, nos eliminaban y pasarían a la siguiente instancia. Todavía tocado por haber fallado el penal decisivo, decidí dar la espalda y no ver el penal de los contrarios. Cuando miré a las chicas de II Bachillerato correr hacia la meta, me dí cuenta que habían ganado....
Por varias semanas mis compañeros dijeron que la pelota seguía en órbita, después del penal que patee...
Saludos,
Eduardo
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